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María del Pilar Leal (CETT-UB): "El enoturismo debe entender las demandas de los turistas para proporcionar experiencias memorables"

08.11.2021
 
María del Pilar Leal (CETT-UB): "El enoturismo debe entender las demandas de los turistas para proporcionar experiencias memorables"

Hoy, 8 de noviembre, es el Día Internacional del Enoturismo. La directora y coordinadora de másteres y posgrados del CETT-UB y doctora en Geografía, Planificación Territorial y Gestión Ambiental por la Universidad de Barcelona, María del Pilar Leal, ha sido docente e investigadora en enoturismo y analiza este fenómeno en aumento.

¿Por qué el enoturismo es un fenómeno creciente en todo el mundo?

El enoturismo era un fenómeno que antes de la Covid-19 ya representaba una ampliación de la oferta para viticultores que veían en el turismo un fantástico complemento para la diversificación de su actividad productiva. No podemos olvidar que el enoturismo representa a dos sectores: el sector bebidas y, con él, el vino y el sector turístico, cada uno de ellos con sus particularidades. Ante todo, sin vino no hay enoturismo y, por tanto, las empresas / bodegas que deciden orientar su oferta hacia el enoturismo son y seguirán siendo predominantemente productores de vino que encuentran en el turismo un maridaje perfecto para poner en valor sus activos tangibles e intangibles.

El enoturismo es un complemento fantástico para la actividad de los viticultores

¿Y en el actual contexto de pandemia?

En el escenario de ahora, no resulta sorprendente entender que el enoturismo y, con él, el paisaje del vino se conviertan en una alternativa y vía de escape de las áreas urbanas ya que los turistas y visitantes encuentran en los viñedos experiencias que buscan al aire libre. En los próximos años, seguiremos viendo un incremento de enoturistas ávidos de disfrutar del paisaje del vino y del vino como complemento perfecto a la necesidad de escape de las áreas urbanas y de la masificación de lugares turísticos para poder disfrutar de una experiencia en grupos reducidos y al aire libre. En definitiva, el enoturismo seguirá presente como un fenómeno relevante para la industria turística.

¿Qué perfil tiene el público interesado en el enoturismo?

El enoturista encaja bastante bien en el perfil del turista cultural. Según ACEVIN (2020), son hombres y mujeres que a partir de los 35 años comienzan a interesarse por la cultura del vino; suelen ser parejas (44%) o grupos de amigos (35%) con un alto nivel educativo y un poder adquisitivo medio-alto que viajan en coche y suelen pernoctar 2,4 días. Los enoturistas no encajarían en un perfil de turista de masas ya que, por el contrario, buscan experiencias únicas, auténticas y altamente personalizadas. El perfil del enoturista suele segmentarse en tres grandes grupos: los wine lovers (amantes del vino) que tienen un importante conocimiento, los interesados ​​en el mundo del vino que declaran no conocer mucho del vino pero sí interesarse porque consumen regularmente y, finalmente, los turistas curiosos que buscan la experiencia sin necesariamente estar interesados ​​en el proceso de aprendizaje pero que suelen consumir vino de vez en cuando y, por tanto, se ven motivados a reservar una experiencia enoturística .

El enoturista tienen un poder adquisitivo medio-alto

Más allá de Cataluña y España, ¿qué ejemplos de éxito en enoturismo podemos destacar en todo el mundo?

Existen muchos casos interesantes en enoturismo. Napa Valley, en Estados Unidos, es un gran ejemplo en experiencias enoturísticas ya que concibe la región del vino y aglutina diferentes bodegas que se promocionan como una única región capaz de proporcionar experiencias diversas para todo tipo de turistas. Por otra parte, podemos encontrar experiencias interesantes en Suráfrica; en Italia, particularmente en la Toscana, y en Alemania, en la región de Mosel. En general, las experiencias combinan la visita a los viñedos con la cata de vino y el desarrollo de actividades culturales y deportivas, como conciertos, picnics, yoga y talleres de arte, entre otras actividades. Así la experiencia enoturística va más allá de la copa de vino y el paisaje se convierte en un importante activo.

¿Y de ejemplos fallidos?

Más que hablar de ejemplos fallidos, lo perjudicial es que el sector vitivinícola no entienda qué implica el turismo, es decir, las necesidades del turista que las bodegas deben satisfacer, como los horarios de apertura y unos equipos calificados para atender a la diversidad de turistas. Por tanto, desde los idiomas hasta las diferencias culturales son importantes para garantizar una experiencia enoturística memorable. Por otra parte, es necesario evitar pensar que todos los enoturistas están interesados ​​en las mismas actividades. Por ejemplo, un wine lover no estará interesado en que le expliquen el proceso de fermentación de la uva diez veces porque ya lo conoce, pero sí querrá saber los procesos de innovación de la bodega, entre otras cuestiones. Por otro lado, un turista curioso puede estar interesado en el proceso de elaboración del vino, pero, si no resultan suficientemente atractivas la explicación y la experiencia, seguramente no volverá a una bodega o pasará mucho tiempo hasta que vuelva a visitar una. Así, la innovación en las experiencias enoturísticas es un elemento importante, pero también es fundamental entender muy bien al enoturista.

¿Es posible combinar enoturismo y sostenibilidad?

Absolutamente, y en Cataluña tenemos el ejemplo de la bodega Oller del Mas, que no sólo produce vino ecológico, sino que su energía es limpia y está implementando mecanismos para ser una de las primeras bodegas en el mundo con cero emisiones de CO2. Además, está involucrada en proyectos para la recuperación de la biodiversidad de la zona de producción. La sostenibilidad debe ser el faro que guíe la actividad enoturística porque cada vez más habrá la demanda del turista en la aplicación de criterios sostenibles tanto en la producción de vino como en el servicio asociado, como, por ejemplo, el alojamiento o las experiencias enoturísticas. Además, la aplicación de criterios ambientalmente sostenibles puede ser mecanismos de diferenciación en el mercado para posicionar la bodega como una empresa que compite en un mercado dinámico.

La sostenibilidad ha de guiar el enoturismo

El enoturismo representa una oportunidad de negocio. ¿Por qué es necesaria la profesionalización de este sector?

Sin duda, representa una oportunidad de diversificación de los ingresos, pero no debe olvidarse que deben entenderse las necesidades del turista y del turismo si se quieren poner en marcha experiencias enoturísticas. Este proceso de aprendizaje requiere formación cualificada que aporte innovación en la experiencia ofrecida.

¿Qué formaciones del CETT pueden ayudar a los profesionales que quieran dedicarse y potenciar su perfil en enoturismo?

El CETT ofrece el curso de Diploma Superior de Sommellier, que introduce al estudiante en el mundo del vino. Posteriormente, se sugiere el desarrollo de un programa de máster en turismo, como el Máster en Innovación de la Gestión Turística, que fortalecería los conocimientos adquiridos y permitiría al estudiante entender las particularidades del sector turístico unido al sector vitivinícola. Sin embargo, otros programas como el Máster en Dirección de Empresas Turísticas pueden ayudar a las bodegas a saber orientarse en el mercado en contextos competitivos y de cambio donde el marketing digital y la sostenibilidad juegan un papel importante.

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